«Eso de que yo me haya comido a mi compañero de celda es mentira» afirmaba un acalorado Oriol Junkeras, tras una rueda de prensa a la salida de prisión, después de su primer fin de semana en tercer grado.

«Mi compañero de celda desapareció tal y como se ha filtrado por redes sociales, pero yo ni me lo comí ni me lo volvería a comer» insistía Junkeras. «El Confinamiento en prisión ha sido muy duro y había muy poca comida. Normalmente acostumbro en mi casa a comer 9 veces al día, aquí en la cárcel son muy estrictos, solamente nos ofrecían el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena».

«Por suerte mi amigo Jordi Cuixart es un canijo orgulloso de serlo y siempre me cedía el segundo plato y el postre de cada comida».

«Ahora ya por fin con el tercer grado podré alimentarme bien en mi casa los fines de semana. Es lo que más echaba de menos cuando permanecía en prisión y lo que me daba fuerzas para seguir adelante, el pensar en llegar a casa y abrir la nevera llena de comida del Mercadona a rebosar», ha concluido Junqueras mientras se comía un bocadillo de calamares.