La subida en los precios de la luz y del gas tendrá un impacto total de unos 9.000 millones de euros para los consumidores domésticos españoles, según los datos del ‘Barbate’s Bank’. Este hecho está experimentando un cambio de comportamiento generalizado en la ciudadanía.

Miles de familias españolas se están viendo obligadas a controlar el gasto en energía ante estos precios tan elevados, adoptando nuevas rutinas para reducir el importe de la factura de la luz en la medida de lo posible, entre la que destacamos, calentar la cama a pedos para no poner la calefacción.

En un informe, la entidad financiera asegura que para conseguir llegar a la noche con el vientre lleno de flatulencias, las familias españolas están almorzando alubias, garbanzos y coliflores todos los días.

Además del ahorro en la cesta de la compra llenándolas de legumbres, hay que sumarle el ahorro en energía para calentar los dormitorios por las noches. Económicamente, la medida tomada por las familias es muy acertada pero también tiene su lado negativo porque a nadie le molesta la peste de sus pedos pero sí la de sus parejas. Aunque todo se arregla a la mañana siguiente ventilando bien la habitación.