El hijo de la infanta doña Elena, no ha dudado en desplazarse a Marbella esta Semana Santa saltándose los cierres perimetrales de las comunidades autónomas y de las provincias, alegando que ha ido para ver a la Virgen de la Soledad y sobre todo, para ponerse como un Cristo.

«El año pasado me quedé sin poder venir a ver a la Virgen de la Soledad y este año no quería dejar de verla. Soy muy devoto de esta Virgen como todo el mundo sabe y sentía un vacío existencial enorme y mucha ansiedad solo de pensar en que no iba a poder verla este año tampoco», afirmó Froilán a uno de nuestros reporteros desplazado a la capital de la Costa del Sol.

«Ya he conseguido verla y he sentido una paz interior difícil de describir. Ahora puedo bajar al chiringuito en paz, a ponerme de espetos y cervecitas hasta el culo. Hasta que no la he visitado no he querido tomarme ni un triste tinto de verano para que cuando llegara el momento estar limpio de pecados», añadió.

«Ahora que he cumplido como buen cristiano con mi Virgen favorita, pienso ponerme como un Cristo en los chiringuitos hasta que me cierren y luego, en alguno de los casoplones de mis colegas nos tomaremos las últimas copas con cuidado de no infringir las normas sanitarias impuestas por las autoridades», sentenció el joven Borbón.