El sábado 14 de abril de 2012, los españoles desayunaron con la noticia de que el Rey Juan Carlos había sido intervenido de su 119ª operación de cadera en Botsuana. Algo no cuadraba, el Rey de España en Botsuana. Eso jamás se había visto y pronto se destapó el motivo del viaje; La caza de elefantes inocentes. Y sí, digo inocentes porque esos elefantes eran mas inocentes que Pablo Ibar (preso hispano-americano que lleva toda su vida en el corredor de la muerte siendo inocente según su relato). Unos elefantes que lo único que podían hacer era esperar una muerte digna y no dolorosa. Eso no ocurrió. D.E.P Elefantitos de Botsuana.

Pues han pasado más de 8 años hasta que Juan Carlos ha roto su silencio en cuanto a los elefantitos decapitados en Botsuana. Desde el exilio y en paradero desconocido, el padre de Felipe VI, amante de Corina y marido de Sofía, ha emitido un video con la ayuda del canal RT Mundial para explicar el motivo de los asesinatos. “Cuando era pequeño me llamaban Dumbo en el colegio, y me cantaban una canción que decía Juan Carlos orejón, se parece a Dumbo mogollón. Desde entonces sufro traumas y mis huesos son endebles por dicho trastorno. Odio a Dumbo con todas mis fuerzas y aunque los elefantitos de Botsuana no merecían morir, a mí me calmó la angustia por segundos”, explicó.

Según su relato, se vio obligado a pedir ayuda profesional de psicólogos expertos en conductas asesinas. Además, relató como el accidente por el que mató a su hermano cuando apenas se les conocían también le creo trauma. El Rey tiene traumas, traumas por doquier. El Rey es la víctima y se merece que le ayuden. “Nadie se acuerda de mí, y yo soy el que sale en las monedas no pueden olvidarlo. Aún sigo en tratamiento con medicación por el trauma de Dumbo”, añadió Emérito. Por último, y como mensaje a la familia que le ha abandonado a su suerte, Juan Carlos aprovechó para desearles a todos y todas un feliz confinamiento por navidad; “Yo seguiré aquí disfrutando de esto y de lo otro, jeje”, culminó el bueno de Emérito.