Belén Esteban acaba de recibir un duro golpe anímico y empresarial. Y es que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado más de 40 marcas de gazpacho entre ellos el suyo, siendo los resultados bastante decepcionantes.

El gazpacho de Belén Esteban ha conseguido una nota mediocre: 64 puntos sobre un máximo de 100, situándose en la parte media-baja de una tabla en la que se analiza la calidad del producto pero también su precio. Sin duda, un mazazo para el posicionamiento del productor que la colaboradora de Sálvame ha promocionado con tanto cariño.

Tras conocerse el resultado, en el entorno más cercano a Belén, aseguran que el FBI compró una partida del gazpacho de Belén Esteban para usarlo como instrumento de tortura en los interrogatorios de los presos más peligrosos recluidos en Guantánamo, con un resultado positivo aunque algunos reclusos presentaron diarreas y náuseas tras la ingesta del mediático gazpacho.

Belén Esteban ha reconocido públicamente que a ella no le gusta ni el gazpacho ni el salmorejo pero también ha mostrado su incredulidad al enterarse de que su gazpacho no se lo toman ni en la cárcel. «Hoy estoy triste porque mi gazpacho no se lo toman ni en Guantánamo», twitteó la princesa del pueblo.