La Comunidad de Madrid ha contratado esta mañana a 4 capellanes, tres blancos y uno negro, y a una monja como rastreadores «para garantizar que el virus no se expanda», tal y como ha indicado Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. El servicio de los «Cazacovids» como los llama la presidenta madrileña costará casi dos millones de euros al año.

«La figura del enfermero como rastreador de Covid-19 está sobrevalorada», explicaba Ayuso en rueda de prensa. «Los «Cazacovids» tienen una ambulancia con sirena, usan trampas y poseen todo tipo de trucos religiosos para atrapar al Covid», añadía la líder del PP en la Comunidad de Madrid.

«Trabajarán en una especie de parque de bomberos y dispondrán de una ‘monja-secretaria’ que atenderá las llamadas de los ciudadanos que crean haber visto Covid-19 en alguna parte de la ciudad», afirmaba Ayuso.

«Se transportarán en una ambulancia blanca del modelo Cadillac 1959 que tendrá pegatinas con el logotipo del Covid en las puertas y estarán armados con grandes crucifijos que dispararán rayos al Covid hasta encerrar al virus en unas ‘cajas-trampas’ que transportarán los valientes curas», argumentaba la presidenta popular.

«No me deis las gracias a mí, debéis agradecerle todo este esfuerzo logístico y económico sin precedentes en la Comunidad de Madrid, al gran equipo de asesores que tenemos en el Partido Popular. Sin su ayuda simplemente hubiéramos contratado a especialistas en enfermería vírica para hacer las labores de rastreo del virus y hubiéramos animado a los curas a que realizaran tareas de voluntariado en los hospitales de manera gratuita para las personas que los precisaran», sentenciaba Isabel Díaz Ayuso.