No corren buenos tiempos para Isabel Pantoja, inmersa en una confrontación con su hijo Kiko Rivera por la herencia de Paquirri, la cantante ha querido quitarle importancia al caso argumentando que es sólo una pataleta de Kiko. «No tengo nada que temer, esto es sólo un berrinche de mi pequeño del alma porque se ha enterado que he bromeado con lo feo que era», explicó a un reportero de Cabronews.

«Hace unos meses, nos encontrábamos cenando con nuestro representante y tras algunas botellas de vino empezamos a bromear y dije que de pequeño me daba tanta dentera mirarlo que en vez de el pecho le daba la espalda. Por eso está tan enojado, no fue mal intencionado pero le sentó como una patada en la entrepierna», añadió.

Quizás tenga razón y diga la verdad Isabel Pantoja, pero también es cierto que Kiko Rivera ha puesto en manos de sus abogados toda la documentación necesaria para empapelar a su madre con el riesgo de que si fuese verdad lo que Kiko va contando, Isabel Pantoja volvería a prisión muy pronto.

«Estoy convencida de que se le pasará el sofocón y vendrá a pedirme disculpa y a comerme a besos. Kiko sin mi no es nadie y cuando se le enfríe la cabeza volveremos a ser uña y carne como lo éramos antes de que se enfadara. Menos mal que no se ha enterado que en vez de en una cuna dormía en un terrario con dos iguanas hasta que cumplió 4 años. No acepta ser el feo de la familia, eso es lo único que le pasa», sentenció Isabel Pantoja entre risas.