La primera impresión es la cuenta. O eso es lo que dicen y lo que pensó Agustín en su cita con Angustias, ya que, desde el principio, al madrileño no le gustó su cita y aceptó a regañadientes quedarse en la barra el solo tomando mojitos.

«No me ha gustado mi cita ni un poquito», aclaraba Agustín a Matías, el barman del restaurante. «Cuando rellené la solicitud para acudir a First Dates pedí a una rubia con una talla 120 de pecho que estuviera llena de tatuajes y supiera bailar en barra. En vez de eso me han traído a una morena bajita y con cara de mosqueo permanente que se llama Angustias. Menos mal que por lo menos los mojitos que hacéis aquí están super buenos», explicaba el madrileño al barman.

Según algunos comensales allí presentes fue una patrulla de la Policía Nacional quien tuvo que sacar a Agustín del restaurante ya que el madrileño que se encontraba con claros síntomas de embriaguez se negaba a salir del establecimiento exigiendo que quería un último mojito antes de irse.

Un informe de la Policía Nacional asegura que dejaron a Agustín a las 11 de la noche en la puerta de su casa pero según sus compañeros de piso no llegó a su casa hasta el día siguiente a las 10 de la mañana balbuceando y cagándose en Carlos Sobera y en Mediaset.