Oscar Ajote, obrero de la construcción, relató recientemente un curioso caso, en el quedó patente que a la gente le gusta poquito doblar el lomo.

Oscar cuenta que tras terminar una obra donde estuvo trabajando una semana en la fachada de un edificio, recogió sus herramientas y enseres y se llevó todo a su almacén. Un semana después, ya en otra obra, el albañil fue a echar mano de su más odiada herramienta, osea el pico, y se dio cuenta que esta herramienta no estaba en el almacén. Así que pensó que debía habérsela dejado en la faena anterior.

Sin mucha esperanza, Oscar acudió a la calle donde había estado trabajando y el pico seguía apoyado exactamente en el mismo sitio donde lo había dejado una semana atrás.

Desde Cabronews no hemos querido dejar pasar esta historia y hemos enviado a Francisco Tilla, nuestro reportero más dicharachero, a entrevistar a este obrero de la construcción, el cual nos ha contado lo siguiente:

«La verdad es que de sorpresa, sorpresa no me ha cogido, para que nos vamos a engañar», «a la gente trabajar le gusta poquito pero doblar la bisagra menos», «te dejas una bicicleta amarrada con un candado gordo en el mismo sitio y al día siguiente no está, pero un pico, les ha faltado ponerme una pala al lado», «lo que me queda claro es que aquí en España, nos gustan más los picos cuando van envueltos con una lonchita de jamón que cuando vienen con una pala».