Esta misma mañana, Josefa Antasma, más conocida como la niña de la curva, ha comunicado a los medios su más que merecida jubilación,  después de toda una vida dando sustos en la curva del Km 32 de la carretera nacional que une Teruel y Cuenca.

Nuestro reportero Agustín Trepido, se ha desplazado al Km 32 de la mencionada carretera para entrevistar en su último día de sustos a Josefa, quien con nostalgia cuenta su trayectoria como niña de la curva en estos 40 años.

«Ya los sustos no son lo que eran, antes pasaba un seat 600 a 30 km/h y a quien conducía le daba tiempo a verte, a asustarse y hasta mearse encima, ahora con los coches que hay es que pasan como locos, se dan cuenta que te han visto cuando ya te han pasado y ya no saben si era un espectro, una señal o los ojos de un conejo».

«Recuerdo un día que paró la Guardia Civil pensando que me había desorientado y que venía borracha de alguna fiesta de los alrededores, menuda cara que se le quedó al teniente Teodoro cuando me echo mano y me traspaso, ya luego nos hicimos íntimos, más de un café hemos echado ahí en la venta».

«Confieso» nos cuenta Josefa entre alguna risa, «que alguna noche me he puesto a parpadear para asustar a los borrachos y que pensaran que yo era la Guardia Civil, a esos si que se les quedaba la cara blanca».