Recién ha llegado a Cabronews un caso sobre dos hermanos de lo más inverosímil que hemos conocido. Decidieron montar un bar de copas para usarlo solo ellos, sus amigos y en alguna ocasión, sus familiares.

Don Agustín Tomado y su hermano Roberto, protagonistas de este suceso, con la ilusión de tener un bar y lo novedoso del momento, se dejaron llevar hasta el punto que pasó el primer mes y tuvieron que pedir sendos préstamos para poder pagar el alquiler del local, las tres nóminas de los empleados que les sirvieron todos los días y todo el género que consumieron.

 

A raíz de este desfalco en el corazón de la economía familiar, sus esposas lograron convencerlos para que le permitieran la entrada a más personas para que consumieran y que al menos cubrieran los gastos.

Hoy este bar no goza de muy buena salud económicamente hablando pero sus propietarios, los hermanos Tomados, han conseguido lo proyectado, emborracharse «gratis» casi todas las tardes.