Johana Nimalista, vivió ayer por la tarde un hecho traumático que podría haber terminado en tragedia, de no ser porque la protagonista de la noticia vivía en un primero.

La chica, amante de los animales, vivía con su perro Tobías desde hacia 7 años, y como cualquier dueña de perro normal, Johana hablaba con su perro día y noche, preguntándole toda clase de cuestiones y contándole toda clase de historias.

Fue a la llegada del trabajo a media tarde, cuando la chica le preguntó a su perro, «Hola Tobías, ¿Cómo has pasado el día?», a lo que este le respondió con voz ronca de perro, «bien gracias».

El susto fue mayúsculo al escuchar la respuesta y su reacción instintiva fue la de saltar por la ventana que se encontraba más cerca de ella, cayendo en el seto recién podado que se encontraba debajo de ésta. Al levantarse con todo el pelo lleno de hojas, Johana salió corriendo y gritando, «mi perro habla, mi perro habla…», ante la atónita mirada de sus vecinos.

Nuestro reportero Jesús Cesos, ha intentado entrevistar a la dueña del perro pero debido al estado de ánimo alterado no ha querido hacer declaraciones. El que se ha explayado a gusto ha sido Tobías, que nos ha contado con su característica voz de perro.

«Llevo toda la vida escuchando a Johana, que si me gusta un chico, que si mi compañera de trabajo es idiota, que si mi jefe es un cretino, que si los concursantes de Gran Hermano», «ya era hora de desahogarme por favor, yo también tengo derecho a expresarme», «cada vez que me pregunta algo me muerdo la lengua, porque esta feo que los humanos sepan que nosotros también hablamos, pero yo soy un rebelde, no lo puedo evitar».