Dolores Pestilentes, investigadora del instituto de investigaciones Chachi Piruli, se ha propuesto desmontar uno de los mitos más arraigados en la sociedad. Este no es otro que la creencia popular de que los pedos de mujer huelen a rosas.

Dolores ha reunido a un numeroso grupo de control formado por mujeres de todas las edades y razas y ha encapsulado sus flatulencias, para posteriormente conectarlas directamente a las narices de todos los miembros del grupo de investigación. El resultado para nada ha sido agradable cual aroma de flor, sino más bien ha provocado una reacción mezcla de miedo y asco en el laboratorio.

Los resultados según la doctora Pestilentes son completamente concluyentes y arrojan por fin luz a esta creencia tan asentada en nuestras vidas. Nuestro reportero Agustín Trepido ha podido entrevistarse con la doctora y su declaración ha sido la siguiente:

«Un pedo es un pedo, venga de donde venga, en la prueba hemos detectado aromas a huevo podrido, gato muerto, fosa séptica, y un sinfín de matices más, pero del olor a rosas, ni rastro».