Francisco Bardica, natural de un pequeño pueblo de Galicia ha logrado salir hoy del Ikea después de tres años perdido por los pasillos del establecimiento de La Coruña.

Tras una trifulca con su mujer en la sección de cocinas, ésta lo abandonó enfadada dejando al pobre hombre solo por los laberínticos pasillos de la conocida multinacional.

Francisco, sin móvil y solo, deambuló días enteros buscando a su esposa. Cuando se dio cuenta de la situación intentó encontrar la salida sin éxito y abandonó la idea cuando pasaba una y otra vez por la sección de almohadas y edredones.

El hombre se alimentó de albóndigas y perritos calientes a un euro durante estos años y durmió en una cama nido de exposición hasta el día que su esposa volvió a la tienda para descambiar un producto y lo encontró montando muebles.