La empresa demoscópica Sigma Dos ha elaborado una curiosa y basta encuesta, con más de 10.000 llamadas telefónicas a ciudadanos españoles afincados en las principales capitales del país, que confirma lo que ya muchos sospechaban, el español medio ha comenzado a aplaudir en el balcón sin tener la más mínima idea de a qué aplauden.

«Unos lo hacen para que les de el aire, otros para quitarse de en medio un ratito y la mayoría ni siquiera es consciente de que ha salido al balcón, simplemente escuchan palmas y salen fijando la mirada en un punto, es lo que llamamos el sonámbulo diurno, una especie de pérdida transitoria de la consciencia que usamos los humanos cuando estamos a punto de perder la cordura», nos cuenta el afamado psicólogo Juan Colgado.

«Existe el riesgo de que si esta epidemia se extiende en el tiempo nos quedemos sin gremios a los que aplaudir, o lo que es peor, que se nos olvide alguno con el agravio y el malestar que eso generaría, ¡debemos estar alerta!», finaliza Juan.