El suceso ocurrió en la tarde de ayer en un conocido centro comercial de Barcelona, cuando el personal de seguridad de dicho centro advirtió de la presencia de un hombre mayor que llevaba apesadumbrado varios días, sentado en un banco y mirando fijamente a su teléfono móvil con lágrimas en los ojos.

«La verdad es que en un principio no le dimos más importancia, es normal que personas sin hogar se acerquen a este centro comercial para resguardarse del mal tiempo por lo que pensamos que era uno de ellos» nos cuenta uno de los guardas.

«Nuestra sorpresa fue cuando nos acercamos a preguntarle si se encontraba bien, porque el hombre parecía realmente afligido, entonces levantó la mirada y aún parecía estar en shock, nos dijo que después de una vida sin grandes sobresaltos, a su edad acababa de descubrir que había salido adelante sorprendentemente bien porque ahora sabía a ciencia cierta que había sido medio idiota toda su vida».

«No sé quién habrá inventado este trasto del demonio» nos dijo señalando el teléfono, «pero está claro que este teléfono inteligente ¡sabe muchísimo más de lo que yo podré saber en cinco vidas!».