Hoy traemos una de esas historias desgarradoras que no dejan indiferente a nadie. La pasada semana Juampe Jiguera recibió su nuevo móvil último modelo impoluto, con la pantalla forrada de ese plastiquito anti roce prácticamente invisible que les ponen a los aparatos electrónicos para que lleguen impecables a las manos de sus dueños.

Un sabio dijo una vez que el mundo se divide entre dos clases de personas, los que dejan ese plastiquito hasta que la mugre comienza a despegar las esquinas y los ansiosos que disfrutan de ese efímero pero intenso placer casi orgásmico de quitar el plastiquito tan pronto el aparato caen en sus manos.

Juampe Jiguera, es del primer tipo de personas, sin embargo Ernesto Cahuevos, amigo íntimo de Juampe, es del segundo tipo de personas.

El mismo día que Juampe recibió el móvil, fue corriendo a casa de su amigo Ernesto para mostrarle las increíbles prestaciones de su nuevo teléfono. Nada más caer en sus manos, Ernesto de un movimiento felino despego el plastiquito mientras un ¡¡¡¡¡NOOOOOOOOOO!!!!!! Salía en forma de fuerte grito de las entrañas de Juampe.

Poco más se puede contar de esta terrible historia más que Juampe salió por la puerta jurando en mil idiomas no volver a ver a su ex amigo. Una tragedia.