Antonio Fernández Condido, repartidor de una famosa empresa de transporte, ha sido premiado esta semana por conseguir entregar un paquete en mano a un cliente.

La empresa ha querido reconocer tan insólito hecho otorgando un premio en metálico, acompañado de una pegatina que Antonio ha de colocar en su furgoneta con la frase, «A veces coincidimos con nuestros clientes».

Sin dar demasiado crédito a la información hemos enviado a uno de nuestros reporteros, Francisco Tilla, a hablar con él. Esto nos ha contado:

«Yo de pequeño, como el resto de compañeros y compañeras de profesión, me divertía llamando a los timbres y corriendo antes de que alguien respondiera», «en nuestra empresa es obligatorio contar con esa habilidad en el currículum, se lo toman muy en serio, tanto que a la hora de hacer la selección es el requisito que más valoran».

«Ese día concretamente yo estaba escondido detrás de una esquina como hago siempre, esperando que el cliente saliera cinco minutos de casa, para comprar el pan o algo similar y, aprovechar ese pequeño intervalo de tiempo para dejar la notificación de que no hay nadie en casa», «pero cuando fuí a echar al buzón la notita, volvió porque se había dejado la cartera y me pilló infraganti, y claro, ya estaba feo no darle el paquete», «todo un borrón en mi historial».