Hoy hemos conocido el caso de una pareja, que en pleno acto amoroso confundió el bote de gel lubricante con el pegamento de contacto rápido y terminaron quedándose pegados como dos perretes.

Tras el incidente apenas les dio margen para alcanzar el teléfono móvil de uno de ellos y llamar a su vecina Concha, de 73 años, que es la única que tiene llave. Concha encontró a la desdichada pareja pegada con los resplandecientes traseros al aire y con poco margen de movimiento.

Después de hacerse varios selfies con la pareja de inseparables, llamó a los servicios de urgencias que nada más entrar en la habitación empezaron a reír a carcajadas.

Las risas se extendieron hasta la entrada de urgencias, donde todos los presentes empezaron a reír y señalar a los enamorados, mientras estos se tapaban la cara con lo primero que pillaban a mano.

Pocas horas después, los amantes eran separados sin más complicaciones que la del médico tomando aire cada cinco minutos, para evitar perder la concentración por las risas que trataba de contener.