El confinamiento se está alargando más de la cuenta y no son pocas las personas que empiezan a notar los estragos de estar tanto tiempo parados, sin poder hacer deporte encerrados entre cuatro paredes. Sin embargo, algunas personas previsoras tuvieron la habilidad de adelantarse a los acontecimientos y convirtieron parte de la casa en un verdadero gimnasio lleno de máquinas específicas.

Ese es el caso de Jorge Figura, un verdadero forofo de sí mismo que dice estar decidido a cambiar, «si Mahoma no va a al montaña, la montaña irá a Mahoma» no para de repetirse como mantra motivacional, «llevo casi 20 años apuntado al gimnasio y aún no sé bien por dónde se entra porque tiene varias puertas ¿sabe?».

«Yo estoy siempre a tope de curro y la verdad, cuando termino de trabajar, lo último que me apetece es ponerme a sudar y a sufrir en una elíptica…pero por otro lado, si me doy de baja estaré más lejos de ponerme en forma… así me obligo», cuenta después de 20 años tirando todo su dinero.
«Es por eso que cuando vi lo del confinamiento lo tuve claro, le pedí el favor al del gimnasio para que me dejara unas máquinas, que al fin y al cabo a él no le iban a hacer falta y yo llevo pagándole dos décadas, así que accedió».

«Estoy encantado porque ahora todo es mucho más fácil, siento que en cualquier momento me puedo poner a trabajar duro para perfilar mi físico, da igual que llueva o haga frío, siempre puedo hacer unas pesas o coger las mancuernas, lo que pasa es que aún no he encontrado el momento mental idóneo, dese cuenta que mover las máquinas del gimnasio a casa fue muy duro y necesito olvidarme de aquello antes de empezar», nos cuenta con la ilusión de un niño.