Millones de borrachos anónimos están abriendo los ojos durante este estado de alarma, después de llevar toda la vida autocalificándose de bebedores sociales y, proclamarlo de este modo ante amigos y conocidos tanto en su vida cotidiana como en sus redes sociales.

Tras el asalto al papel higiénico, la gran población fue consciente que mantener el estado de embriaguez era más importante que mantener el culo limpio, por lo que la cerveza y el alcohol fueron el segundo objetivo.

Este es el caso de millones de personas, pero hemos querido conocer de primera mano las impresiones de uno de ellos, el señor Gustavo Racho, y para ello hemos enviado a Francisco Tilla, uno de nuestros reporteros para hablar con él. Estas han sido sus declaraciones:

«Yo empecé muy bien, un chorrito de coñac por las mañanas en el café, una cervecita en la terraza a la hora del aperitivo y un licorcito digestivo antes de acostarme».

«Pero luego amplié con la copita de Castellana después del desayuno, un vinito dulce a media mañana, copita de pacharán con la merienda y cubata por la noche».

«Ahora ya estoy en fase botella de ginebra por día, caja de botellines y tres botellas de vino para los descansos».

«Yo todo esto antes me lo bebía acompañado, siempre pensé que era un bebedor social, ahora hago video llamadas mientras me cuezo en el sofá, no se si eso cuenta», «parece que he pasado de ser un bebedor social a un borracho solitario».