Esta mañana hemos tenido constancia de un curioso acontecimiento en el cual, un agente de tráfico ha multado a un calvo con cinco multas después de tenerlo que perseguir unos kilómetros tras darle el alto y que éste no parara.

Después de 10 kilómetros de persecución el agente ya había acumulado suficiente rabia contra los cinco calvos del descapotable, como para que al encontrarse cara a cara con el conductor y ciego de ira, reparase en que sólo era una persona y el resto eran reposacabezas.

Según testigo en la zona, el agente se bajó de su vehículo visiblemente alterado y gritando, «Malditos calvos… no se os va a caer más pelo porque no os queda».

El conductor por su parte después de la que había liado no quiso ni abrir la boca para tratar de explicarle al policía que en realidad viajaba solo, con lo que aceptó las cinco multas y se fue para su casa con las orejas bien agachaditas.