Los robos durante el baño en las playas es ya un clásico, al nivel del chiringuito o el vendedor de helados ambulante.

La policía todos los años advierte de como salvaguardar los objetos personales durante el baño. Pero los cacos siguen burlando años tras año la impecable seguridad de meter los enseres en las zapatillas de deporte o cubrirlos con la toalla. Incluso el dejarlos con la yaya ha dejado de ser seguro, ya que los ladrones aprovechan la cabezada de la abuela para cometer el hurto, mientras tú lo flipas en el agua con la colchoneta del chino.

Es por ello que la policía ha anunciado lo que podría ser la solución final, entrar con la cartera al agua, puesta a buen recaudo entre nuestras nalgas.

La recomendación no ha caído en saco roto y ya son muchos los bañistas que alojan sus enseres en dicho lugar de su anatomía.

A ver cómo superan esto los amigos de lo ajeno, aunque conociendo el empeño que ponen algunos cualquier día nos los encontramos hurgando en los lugares más íntimos de nuestras esbeltas figuras.