Un estudio financiado por el ministerio de sanidad ha desvelado esta semana un dato preocupante. El estudio indica que en más del 70% de las piscinas públicas, el agua que en su origen fue orina supera en proporción al agua normal.

Pese a los intentos por solventar esta problemática por parte de los ayuntamientos y los responsables de la gestión de estos espacios de ocio veraniego, la gente se sigue meando dentro del agua.

De nada sirvieron las leyendas urbanas que aseguraban que si orinabas dentro del agua una mancha azul te envolvía y descubría tu acción.

Lo cierto que es nunca podremos saber si ese viejecillo que te mira con una sonrisa mientras se baña lo hace por simpatía o porque esta aliviando la vejiga en ese preciso momento. Lo que sí podemos saber es que si no nos ha pasado nada hasta ahora, mejor hacer de tripas corazón y seguir aliviando la calor del verano con un buen chapuzón, aunque sea en orina.