El Papa Francisco ha expulsado esta mañana del sacerdocio a un cura de la localidad de Guarromán, en Jaén, Andalucía, por frecuentar más de 100 clubes de alterne de toda la provincia.

En el juicio celebrado en la tarde de ayer, el sacerdote Alejandro Gado se defendió con las siguientes declaraciones:

«Yo solo me pasaba por los clubs de alterne a confesar a las prostitutas, las pobres trabajan muchas horas durante toda la noche, así que por la mañana no pueden pasarse por la Iglesia a que yo las confiese».

«No he tenido más remedio que acercarme uno por uno a todos los prostíbulos de toda la provincia de Jaén para asegurarme de que todas se quedan libres de pecado».

«En cuanto a los preservativos que llevo siempre en mi cartera, yo no los uso, se los regalo a las prostitutas para asegurarme que no se quedan embarazadas de sus clientes por accidente. Yo soy un cura moderno», sentenciaba el padre Alejandro Grado en los juzgados.