Han sido semanas de conmoción en el residencial Alcázares del Pirulillo, donde varios vecinos se han enfrentado entre sí a cuenta del hábito de bajar a dormir la siesta al portal ya que allí se estaba mucho más fresquito.

Según parece la vecina del ático, la señorita Mónica Lurosa fue la que empezó con esta tradición de bajar el colchón para echarse un ratito después de comer y rápidamente fue secundada por otros vecinos que también hicieron lo propio.

A los pocos días el portal parecía una cárcel turca entre las 15:00 y las 18:00 horas, por lo que varios vecinos, principalmente los de los bajos comenzaron a quejarse por la masiva afluencia de vecinos a estas zonas.

Tal ha sido la disputa que ha llegado a los tribunales y tras un juicio rápido, el juez ha decretado que en el portal se puede acostar quien le dé la gana, que para eso son zonas comunes.

Tras la sentencia ya son varios los vecinos que han instalado camas fijas, sofás, televisores e incluso neveras, para pasar la hora de la siesta fresquito y con todas las comodidades que te ofrece tu salón.