Acaba de llegarnos a la redacción el caso de un joven de 18 años de Bilbao, que ha tenido que acudir a urgencias tras fumarse un porro de orégano porque se le terminó la marihuana.

El suceso ocurrió la pasada noche cuando tras muchos días de confinamiento, Iñaki, protagonista de la historia, desesperado porque no iba a poder fumarse su porrito de después de cenar, tuvo la ocurrencia de abrir el mueble de la cocina y fumarse el orégano. Esto nos contó por videollamada

«Hasta la tercera o cuarta calada todo iba genial, me gustaba como olía, me gustaba su sabor, pero de pronto empece a notar un mareo muy grande, la boca muy seca, los ojos color salmorejo, un fuerte dolor de cabeza y un pitido infernal en el oído».

«Menos mal que se encontraban todos en casa y pudieron llevarme rápido al hospital. Lo único bueno de esto es que al salir del hospital pude pasarme por casa de un colega y se acabaron todo los problemas». Concluye Iñaki con una pícara sonrisa y los ojos brillantes antes de colgar la videollamada.