Investigadores de la universidad de Wisconsin han hallado la explicación del ritual por el cual las madres se chupan el dedo y refriegan los churretes de sus retoños.

Al estudiar en profundidad la saliva materna han hallado una enzima que han bautizado como la enzima de lagarto en homenaje al mítico jabón. Durante los ensayos han aislado la enzima y han comprobado su tremenda efectividad en manchas de tomate frito, cola cao y nocilla.

Durante la misma investigación también ha aparecido otra enzima, bautizada como la enzima Giorgi que tiene funciones de fijación del cabello infinitamente superiores a las de cualquier fijador de pelo convencional. La cual se encuentra actualmente en periodo de ensayos.

La industria, como es natural, se ha hecho eco de estos descubrimientos y ya planean la contratación de un ejército de madres para la producción de saliva en masa, con la finalidad de producir tantos jabones como gominas basadas en esta materia prima.