Ricardo Gafado, un vecino de Ourense, se encuentra en estos momentos hospitalizado, debatiéndose entre seguir con la moto o venderla tras protagonizar uno de los mayores sustos que se recuerdan con una moto parada.

«A mi me gusta vivir como si estuviera en Cádiz todo el año, por eso voy con camisa Hawaiana y chanclas llueva o truene. El caso es que en mi localidad es más fácil ver a un oso invernando que al mismo sol y claro, el suelo suele estar bastante encharcado y claro, al final me llevé un calambre que casi me incinera directamente».

«Pero tengo suerte, la vida me ha dado una segunda oportunidad y pienso aprender la lección, hay que ser listo y adelantarse, a partir de ahora no arrancaré la moto sin un paraguas».