Esta mañana hemos recibido en la redacción el caso de Bartolo Indigna que, tras más de 24 años sin pisar un supermercado, se vino abajo cuando cruzó el estante del atún y se vio abrumado rodeado de cientos de cartones que lo llamaban calvo sin disimulo.

Hasta el supermercado hemos enviado a nuestro reportero Juan Aldía que ha podido recabar algunas declaraciones de los allí presentes, «Ha sido un susto muy grande, aquí hemos visto de todo, parejas que se divorcian por elegir entre Colacao y Nesquik, niños que se desmayan porque solo nos queda Pepsi, pero no esperábamos a ese Calvo llorando en el suelo como un bebé sin madre» nos cuenta Teresa Cambio, la cajera.

Por su parte, Bartolo Indigna ha prometido que dará batalla y que esto no ha hecho nada más que empezar, «no hay derecho, esto no va a quedar así, este mismo mes pienso ir a Turquía a que me pongan el pelo como a los Europe, cueste lo que cueste, y a ver quién se ríe de quien», nos cuenta tajante.