En la mañana de hoy ha llegado a la redacción el inaudito caso de Francisco Primo, ganador del gordo de navidad con nada menos que cinco décimos en su poder, el cual no ha dudado en asegurar que seguirá trabajando como panadero en su barrio de toda la vida, porque a él, el dinero no le da la felicidad y vender bollos sí.

El caso es que esto lo fue repitiendo a cada vecino que entraba en la panadería, de allí llegó a oídos de un funcionario del Estado que lo comentó con sus superiores y de allí a Loterías del Estado, que ha decidido tomar cartas en el asunto y retirarle el premio para que, la próxima vez que le toque, sepa valorarlo «como Dios manda».

«Francisco está muy deprimido» nos cuenta su mujer Calvario Diario, «yo siempre le he dicho que no se puede ser tan vacilón porque luego pasa lo que pasa, pero bueno, estamos tranquilos porque tiene un plan, tiene pensado vender las barras de pan a 30 euros la pieza y así recuperar el premio en poco tiempo, ¿no es brillante?».