Guillermo Ongolo Deltó, ha pasado en cuestión de días de tratar mal a todas las personas que le atendían, a ser un cliente educado y que derrocha simpatía. El cambio ha venido provocado debido a una reestructuración en su empresa que lo llevó, de un día para otro, de su apartada oficina a la primera línea de trato con el cliente.

El primero que ha notado el cambio ha sido el camarero del bar que todas las mañanas le sirve el café, al cual hemos entrevistado de primera mano.

«Yo no doy crédito, Guillermo es el típico cretino que le falta escupirte cuando tardas un minuto más o cometes algún error», «por aquí siempre le hemos llamado el cara de almorrana», «pero desde que trata con los clientes directamente es un tipo de lo más simpaticote», «como de momento no nos fiamos mucho del cambio, ahora le llamamos el cara hemoal, porque ha bajado la inflamación, pero no nos creemos que haya desaparecido».

Por su parte, el propio Guillermo ha querido tener unas amables palabras con nosotros. Han sido estas:

«No hay como tratar a diario con idiotas para darse cuenta de lo molesto que puede ser un idiota», «benditas sean todas las personas que trabajan de cara al público, porque la mayoría de las personas son educadas, pero cuando te toca el cretino de turno, te da el día».