Mucho ha llamado la atención en la redacción de Cabronews, el sorprendente caso de Eduardo Nofriega Toballa, un vecino del serrano pueblo malagueño de Ronda que confiesa no lavar el albornoz jamás porque siempre que lo usa está lo más limpio posible.

Hasta este bonito municipio malagueño hemos desplazado la unidad móvil en busca del Sr. Nofriega, pero en el domicilio ahora viven su mujer e hijos, ya que se divorciaron hace ya cinco años. No obstante, muy gentilmente nos brindó estás «perlas» de su exmarido:

«En más de quince años de matrimonio jamás vi su albornoz en el cesto de la ropa sucia, si no fuera por mí que cada vez que me acordaba se lo lavaba, le salían ranas y setas de los bolsillos».

«Precisamente por ese motivo, al marcharse de casa le regalé uno de color chocolate porque el que usaba en casa era azul celeste y más de una vez he visto una gran mancha marrón de lo fuerte que se secaba el culo», sentencia la exmujer de Eduardo Nofriega, manteniendo el anonimato con un poco de cara de asco.