Una encuesta realizada en gimnasios de todo el mundo durante el pasado mes, ha desvelado que la mayoría de las personas que van a los gimnasios preferiría quedarse junto a las máquinas expendedoras, tomando pasteles y bebiendo refrescos, antes que ponerse a sufrir levantando pesas o metiéndose en esas infernales máquinas del demonio.

Así nos lo ha contado José Fuertecito, dueño de uno de los gimnasios con más adeptos del panorama nacional, «El musculitos feliz».

«Por aquí pasa gente de todos los colores», «tenemos a los vigoréxicos, esos disfrutan sudando y meneando las máquinas, entre los cuales me incluyo», «luego están los postureros, esos vienen para presumir, no pierden un gramo pero se hacen un montón de fotos», «a estos ya les gusta bastante pasarse por la máquina de pasteles antes de salir», «luego están los tiesos, que vienen por el bono de un mes y van rulando de gimnasio en gimnasio el año entero», «también fieles adeptos a los pasteles».

«Hay muchos tipos más, pero mi favorito es el de los gorditos con remordimientos», «por culpa de estos es por los que el reponedor de la máquina de pasteles viene cinco veces al día», «está el pobre chaval más tiempo aquí que en su casa», «se dejan más dinero en la máquina que en la cuota del gimnasio», «sudada, pastelito, sudada, pastelito, sudada, refresquito, y así se pueden pegar toda la tarde».